
Lo terrible de la guerra aparte de la cuota de víctimas y destrucción del medio ambiente es cuando el mundo prefiere filtrar su opinión, crear una entelequia donde la tragedia de algunos se convierte en una imagen descontextualizada de la experiencia por la tanto ajena, esta rotura entre fondo y forma o entre imagen y realidad es concebida y premeditada por los medios que representan siempre los intereses de una de las partes. Ahi es donde artistas como Manuel Loayza hacen tarea para desenmascarar a los fariseos de la información mundial.